Tras
desandar una y otra vez, las calles de la barriada capitalina del Cerro, uno
apenas logra descubrir que en época de la colonia este fue el vecindario residencial por excelencia de la otrora villa San Cristóbal de La Habana.
Tampoco son
perceptibles a simple vista, otros rasgos del perfil histórico de la localidad,
como el haber sido cuna del poeta Gustavo Sánchez Galárraga, el mismo que
integró notables duetos autorales con Graciano Gómez, Jorge Anckermann y Ernesto Lecuona
Mucho menos
se puede sospechar que en la escuela pública número 37, situada en Tulipán y La Rosa, estudió un niño llamado
Rubén Martínez Villena, el poeta que organizaba huelgas
En otras de
estas casas nació el pintor René Portocarrero y no muy lejos de esta, el
trovador Alberto Tosca.
Sin
embargo, lo que no pasa inadvertido es el extenso collar de cañerías
del primer acueducto habanero y que
sirvió para acuñar la frase "El Cerro tiene la llave", expresión que
recorrió el mundo en un son de Arsenio Rodríguez.
Sin duda
alguna, el Cerro tiene la llave y otros encantos, como el número de mujeres y
hombres que hacen de esta comunidad uno de los baluartes de nuestra ciudad,
El Mirón de la Habana