
¿Qué novedades presenta la Bienal en su versión 2015?
“La Bienal regresa bajo una divisa unificadora, pero abierta a la fusión, interesada siempre en la interacción y el diálogo de toda clase: del artista con el arte, del público con el arte y el artista, y del arte con el arte en sus disímiles manifestaciones. Una vez más la cita se abrirá a todos los ámbitos de la creación, el cine, el teatro, la danza, la música, pues pretende ocupar todos los sentidos”
“En esta ocasión el equipo curatorial pretende redimensionar estrategias de trabajo atomizadas en encuentros anteriores para explorar caminos diferentes a los de la mega exposición. Pretendemos sentir la ciudad y su gente, lo que equivale a involucrar a sus comunidades poblacionales y profesionales, sus micro-políticas y micro-espacios de socialización”.
“Para lograr este objetivo la Bienal no tendrá un núcleo central de exhibición. Aspira a instalarse en aquellos intersticios de la ciudad que faciliten el trabajo sobre los presupuestos antes referidos En otras palabras no pretende, encerrarse en galerías o salas expositivas tradicionales. La Bienal saldrá a la calle, a incorporarse a la vida de la ciudad y escribir más que rumiar teorías o concepciones sobre un arte que se presenta cada día más esquivo de dogmas o anquilosamientos, parte de lo establecido, de las concepciones y los saberes imprescindibles”.
¿De lo anterior se desprende que la interacción artista-pueblo, arte-comunidad es lo más importante?
“No quiero fijar orden de prioridades, pero si puedo asegurar que nos interesa acompañar procesos de creación transdisciplinarios y de intermediación que impliquen colaboraciones tanto investigativas como de carácter pedagógico. En consecuencia, los proyectos que se realicen deberán incidir en sus moradores bien sea porque estos participen en su concepción y realización o porque las obras se presenten como laboratorio social vivo. La idea es que las diversas escalas del tejido urbano: las universidades, los centros de investigación y todo aquello que haga posible la integración, puedan utilizarse como emplazamiento y material de trabajo”.
“Con este intercambio buscamos relacionar el conocimiento que tiene la población de los espacios que habita, con el de los profesionales que han investigado sobre estos contextos, los artistas que experimentan sobre los sentimientos y el futuro de una ciudad con tanta historia y valores como la nuestra”.
La capitalina Casablanca por vez primera acogerá el evento como un espacio significativo en el cual intervenir ¿Cuales fueron las razones para escoger este lugar?
“Para esa selección se tuvo en cuenta el potencial cultural, histórico y patrimonial, su topografía, las peculiares características del emplazamiento en uno de los bordes de la Bahía de La Habana, el desarrollo espontáneo de ese asentamiento poblacional y su historia vinculada desde el siglo XVIII a la actividad de carenar las embarcaciones, la presencia del ferrocarril Hershey, el único eléctrico de Cuba, entre otras razones”.
“Sin duda alguna, estos argumentos convierten a Casablanca en un sitio especial, idóneo para reunir allí a artistas cubanos y de otras latitudes que dialoguen tanto a nivel instalativo como de procesos de trabajo con la comunidad”.
¿Renunciará la Bienal a sus espacios habituales?
“No. Aunque dije anteriormente que la Duodécima Bienal de la Habana no va a tener un núcleo central de exposiciones y se propone salir a la ciudad y trabajar con los espacios y su gente, eso no implica que no existan obras en galerías”.
“Habrá instalaciones, performances que ocurrirán en espacios cerrados, objetos, esculturas instalativas; en fin, obras de galería”.
Entonces, ¿cuáles serían los espacios y contextos de interés para esta edición?
“Hay proyectos y obras prácticamente en todos los municipios. La Bienal se ha extendido a plazas, parques, y sitios, muchos de los cuales se emplean ahora por primera vez: Casablanca, la Terminal de Ómnibus Nacionales, el Parque Trillo; otros ya son espacios habituales de la Bienal: La Universidad de La Habana, la Universidad de las Artes, el Pabellón Cuba y sus alrededores, la zona histórica de la Habana Vieja, con sus instituciones nacionales como el Centro de Arte Contemporáneo Wilfredo Lam, el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales, la Fototeca de Cuba, y los espacios de la Oficina del Historiador, como la biblioteca pública Rubén Martínez Villena y su galería, el Convento de San Francio de Asís, entre otros. ”
“La mayor exposición del evento se titula Zona Franca y radicará en el complejo cultural Morro-Cabaña, mientras el Pabellón Cuba será escenario del proyecto Entre, dentro, fuera, que cuenta con la participación de creadores de Estados Unidos, Bulgaria, Canadá y Cuba. Otra propuesta atractiva será Estado sólido, una obra perteneciente a un colectivo de artistas entre los cuales aparece al laureado cineasta cubano Fernando Pérez, Premio Nacional de Cine 2007. “.
Al concluir su intervención en la revista informativa de Radio Cadena Habana, la licenciada Marrero Delachaux puntualizó que este es apenas un atisbo a lo que será, en breve, “la galería más amplia del mundo “.
Por Pedro Norat Soto
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