miércoles, 10 de diciembre de 2014

La Habana se vistió de fiesta



Cuando regresaba ayer al hogar, comprobé con regocijo que La Habana se vestía de fiesta en saludo al Día Internacional de los Derechos Humanos.

Primero fue en el Parque de 23 y G, en la barriada capitalina del Vedado.  Varios kioscos como gigantes sombrillas, cobijaban una amplia oferta comercial y gastronómica. La literatura también tenía su espacio, ofreciendo su festín a los degustadores de la lectura.

La música no podía faltar. En un improvisado escenario un grupo del talento artístico de la localidad compartía su sana alegría con todos los presentes. No me atrevo a calificar si su arte era bueno o malo. Lo importante era gozar de la oportunidad de exponerlo al público.

Un panorama similar me encontré unas calles más adelante, en el Parque de 23 y C. La única diferencia es que en la escena evolucionaba un cuerpo de baile, también integrado por artistas aficionados.

Más cerca de casa, comprobé que  el parque de 31 y 30 en Playa, también estaba ocupado por artistas aficionados del territorio. Incluso aquí, encontré algunas caras conocidas, en el pleno disfrute del derecho de los cubanos al  arte.

El Mirón de la Habana.

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